jueves, 5 de mayo de 2011

Universidades e indisciplinamientos

La profesora Teresa Cadavid acaba de publicar un interesante texto en el número 598 del periódico Alma Mater de la U. de Antioquia. Propone entre otros factores, una re-conexión de saberes para comprender el espacio de la Universidad como ejercicio de lo democrático y desenmáscara prácticas comunes a todas las instituciones de educación superior que no son a mi manera de ver, sino reflejos de una situación local y nacional que lejos está de comprender el rol de la academia, de los docentes y de los estudiantes y su relación con diversos sectores, uno de ellos, dice la autora "los egoismos particulares" que expresan más que nuevas agendas concretas, una reiteración de activismos que quedan en el vacio de lo efímero.

No solo estamos "en peligro" con las nuevas reformas del asunto de la educación pública, sino también, dice Cadavid, de la densidad y coherencia de la Opinión pública. Para ir más lejos, desde los 70´s esta en juego el lugar del pensamiento libre y la originalidad que da pie a la definición misma de Universitas. Es urgente ahora recuperar trabajos en Universitología (Como por ejemplo el extenso trabajo de Alfonso Borrero Cabal, S.J) para poder establecer un derrotero que amplíe y defienda el sentido de las Instituciones de educación superior en la sociedad actual. Reflexiones que pueden comenzar aquí, pues es asunto de todos (as).

En un ejercicio desarrollado con los estudiantes (Colectivo Indisciplinado "Los atravesados") de la Maestría en Problemas Sociales Contemporáneos, ubicamos como punto de fuga el texto de Nina Cabra (ConoSer en la Universidad 2007, Nómadas 27: 74-84) y el documento (Teorema de Fermat) que hace explícita la dinámica propia del pensamiento en una universidad frente a un problema concreto (las intrigas, las envidias, el debate, las certezas aparentes, pero sobre todo, las ganas y la obseción de un profesor sobre un tema, un desarrollo de conocimiento). Compartimos aquí nuestras reflexiones.

PS: A propósito de Borrero Cabal (Q.E.P.D), además de sus intuiciones conceptuales como Maestro, al compartir un cigarrillo hace años en un Diplomado en el Seminario Mayor de Bogotá, logró darme la lección más contundente para mi propia formación: La implacable tosudez de la humildad. A él mis respetos.

13 comentarios:

  1. Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
    Alejandra Pizarnik


    Puedo comparar al cuerpo con un mapa, o mejor, una multiplicidad de mapas que se superponen; mapas donde se marcan lugares, rastros, historias, mapas que tienen rutas trazadas y muchas otras por trazar, mapas que señalan espacios prohibidos u oscuros y sitios de placer o de descanso, mapas que son evidencia viviente del pasado, que se transforman en el presente y que son escenarios donde se va construyendo el futuro.

    El texto de Nina Cabra da el espacio para pensar en el cuerpo como lugar de conocimiento y transformación, más allá de la razón o los conceptos academicistas. Los sentidos, los afectos y otra serie de experiencias de carácter subjetivo han sido dejadas de lado dentro de la producción tradicional de conocimiento; sin embargo, es esa “humanidad” la que nos conecta realmente con el mundo, nuestras pasiones son el combustible de nuestras preguntas y el motor de nuestras aproximaciones de respuesta, y en esa medida están indudablemente vinculadas con la tarea de investigar.

    Silenciar al cuerpo en la tarea investigativa limita la posibilidad creadora y transformadora del investigador, y niega la existencia de una diversidad de mundos o realidades inscritos en la experiencia individual, o construidos desde la vivencia colectiva.

    El texto está planteado desde la propuesta de construir espacios pedagógicos novedosos en la carrera de Comunicación Social en la Universidad Central; sin embargo, entendiendo la comunicación como un acto vital que “simultánea y paradójicamente, nos vincula y nos expulsa de nuestra animalidad”, veremos también que este artículo y las propuestas que recoge alrededor del lugar del cuerpo en la comunicación y en la producción de saber, resultan pertinentes dentro de nuestra formación en la maestría y tal vez tengan aun más resonancia en la forma en la que estamos vinculando a nuestro cuerpo, y en esa medida a nuestras sensibilidades en el intento de investigar.

    Pienso en mi cuerpo como telón y escenario donde exhibo y escondo lo que a bien tenga, en función de un objetivo, de un temor o de un deseo. Pienso en mis sentidos como vehículos que me conectan con otras realidades, que me permiten imaginar y sentir otros mundos. Pienso en mis afectos como lastres, cargas, oportunidades y posibilidades. En últimas, me pienso como un cuerpo que siente, sufre, juega, se alegra y vive. Un cuerpo que se transforma, se reinventa y vuelve a ser.

    Creo que esa posibilidad de pensarnos desde el cuerpo abre muchas alternativas en el campo de la investigación. Podemos ser cuerpos que juegan a investigar, pero no viendo el juego como algo banal o intrascendente sino desde la seriedad que se le da en la infancia. Podemos ser cuerpos que se aceptan en el error, que intentan lograr ese “ConoSer”, es decir, conocer y producir conocimiento sin dejar de ser, sin desaparecer tras el velo de la neutralidad y la objetividad que se nos impone, sin silenciar la voz de lo que somos.

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  2. MAESTRÍA EN INVESTIGACIÓN EN PROBLEMAS SOCIALES CONTEMPORÁNEOS
    INTRODUCCIÓN A PROBLEMAS SOCIALES CONTEMPORÁNEOS
    Leidy González García

    ConoSer en la universidad
    El texto se configura como una apuesta por mover la investigación y el conocimiento del territorio, objetivo y racional, en el que tradicionalmente se han enmarcado, y enriquecerlos a través de otros recorridos. Recorridos que han de pasar por el cuerpo. No como el cuerpo racional, que almacena el cerebro, sino como el cuerpo que siente, que huele, que provoca.
    Considero que es una apuesta en la medida que la universidad pareciera fosilizada en la racionalidad instrumental, y por tanto incapaz de trasladar su actuar. Por cobardía, por temor, por quedarse corta ante el vigor del cuerpo, que no sólo piensa sino que también siente.
    Retorno a Sloterdijk porque abordando el texto para la sesión sospecho conexiones. Conexiones que apuntan a que los cerebros se conjugan. Un individualismo cerebral no sólo es insostenible, es también, desgraciado. “Como el lenguaje y las emociones, la inteligencia no es un sujeto, sino un entorno o un sistema de resonancia ”. Asimismo se aprecia en los textos un ritmo diferente. Un ritmo alternativo, paralelo, en la construcción de conocimiento. Un ritmo que no permite la influencia que intentan las mediaciones. Las considera en justas proporciones. Las sabe utilizar y no permite que éstas lo utilicen a el. Para el caso de la Historia del último Teorema de Fermat, el ritmo comienza a los diez años y se va complejizando, va adquiriendo aliento y va sembrando su propia historia .Su propia memoria.
    La historia del Último Teorema de Fermat va mucho más allá del descubrimiento. La historia tiene un envés: un envés de prudencia (trabajo de siete años en total secreto), de humildad, de paciencia, de saber esperar. De convertir un problema en una obsesión hermosa.
    Un instante se puede convertir en el momento más importante de una carrera. Un instante se puede convertir en el momento más importante de la vida. Ahora bien, ¿qué hay detrás de ese instante sublime? Desafíos, frustraciones, retos, soluciones. ¿Puede acaso la sola razón dar respuesta a tantas emociones? No es así. Es menester conjugar los cerebros, conjugar el alma, conjugar los afectos. Rayar los textos en sus orillas, quizá sea una forma de discutir con el autor, para luego discutir con otros, con nosotros.

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  3. En efecto en estas dos primeras aproximaciones comenzamos ya a tratar de trabajar la institucionalidad como forma instituyente de (utilzando las metáforas) cuerpos y tejidos cerebro -sensoriales, mapas de experiencias propias y colectivas que deben marcar la apertura las fronteras que de manera a veces oculta y otras vulgarmente explícita nos restan potencia como generadores de ideas y complejizadores de sueños. Un deseo en últimas por hacer de la tradición que establece rituales académicos pueda al inicio de un nuevo siglo fomentar nuevas prácticas sobre, desde y para el conocimiento.

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  5. SOBRE LA PRODUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA UNIVERSIDAD

    Alejandra Martínez Roa

    A propósito del artículo “ConoSer la Universidad” de Nina Cabra y del video el Último Teorema de Fermat algunas reflexiones surgen sobre el papel de la universidad y la necesidad de abrir puertas a los afectos en el acto de la producción de conocimiento.
    La Universidad, más que una fábrica de profesionales medianamente competitivos para un mundo laboral cada vez más incierto, debe ser un escenario –en sentido literal y figurado- que aporte al necesario cambio social en países como el nuestro; que tenga un compromiso ético y político; que facilite la conjunción de personas, saberes, subjetividades e ideas y que “forme creadores de nuevas posibilidades, de nuevos mundos” (p 75). Para ello, se requiere que el Alma Mater deje de ser una de las instituciones emblemáticas de disciplinamiento que simplifica el conocimiento al predominio de la razón y la observación; a la neutralidad y la asepsia; al olor a lavanda y a cloro.
    En el artículo de Nina, a pesar de iniciar citando a Llinás quien insiste en disminuir la brecha entre países “desarrollados” y “subdesarrollados” y a que salgamos del “atraso”, se hace un llamado a valerse de la sensibilidad y la intuición, del cuerpo y su ritmo, para conocer, crear y transformar en la Universidad. Se trata de reconocer saberes que están por fuera de los cánones hegemónicos, aquellas voces acalladas, olores no percibidos, gustos no experimentados. Los afectos no deben separarse entonces de la producción de ciencia. Al respecto Einstein, citado por la autora, dice “para ser un individuo válido el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar” (p 77). ¿Cómo sentarse en una biblioteca, o ante un computador por horas leyendo o escribiendo sobre un tema pensado o establecido por otros, insípido para el investigador, sin caer en el hastío y en el nihilismo? ¿Cómo pasar el tiempo observando el “objeto” determinado por otros y que no está “atravesado” por mis inquietudes vitales o mis obsesiones?

    Continua...

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  6. Viene...

    En el video sobre cómo Andew Wiles resuelve el problema matemático más grande del mundo, el último teorema de Fermat, quedan expuestos claramente los afectos y pasiones que puede despertar el lenguaje más “racional”, “cierto” y “exacto”: las matemáticas. Wiles no solo se obsesionó con el problema desde los 10 años sino que, tomando los avances de otros matemáticos en el siglo XX, dedicó 7 años de su vida a resolverlo. Muchas de los caminos sinuosos de la configuración de la respuesta implicaron aprender del error, devolverse, escuchar las voces de otros, avanzar en medio de las incertidumbres y sobre todo confiar en el azar y la intuición, especialmente cuando debía encontrar qué estaba fallando en su demostración. Allí, luego de meses de trabajo, la respuesta apareció cuando ya no la esperaba, de forma inesperada, “como una revelación”. Entonces ¿son tan exactas, precisas y objetivas las matemáticas? Adicionalmente, en el video se presenta cuán estratégico se debe ser para que nadie sepa qué es lo que se está investigando y así por medio del egoísmo vital ser el primero en descubrirlo.
    La sensibilidad y los afectos implican el reconocimiento y validación del cuerpo y su ritmo, al ser lugar de contacto, expresión y creación de conocimiento. El cuerpo es lo que permite la convivencia, el intercambio y la relación básica para construir saber. Por lo tanto, se debe propiciar el uso y despliegue de “los lenguajes salvajes y las sinestesias inexploradas por la academia como el lenguaje sonoro, olfativo, táctil, gustativo” (p 82)
    Así, la Universidad, en medio de la tensión entre las demandas del mercado y el fortalecimiento de los procesos educativos e investigativos debe cumplir con su compromiso de construir utopías, transformar lo existente, abrir las puertas hacia la construcción de nuevas formas de relación y de convivencia y permitir que el amor envuelva cada práctica en la Universidad, que motive las investigaciones y lleva a culminarlas a ejemplo de Wiles para conoSer y aportar decididamente a tener una “vida más alegre para todos”.

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  7. El texto se ubica dentro de las investigaciones referentes a la educación universitaria y el conocimiento que en el presente se está impartiendo desde la academia al futuro profesional colombiano. El tema del cuerpo comienza a ganar validez en varios terrenos investigativos, concibiéndolo como agente y protagonista de la investigación por la diversidad de percepciones que puede hacer en un espacio, un tiempo, dentro de una familia, una comunidad. Validar el conocimiento del cuerpo como conocimiento de valor para la investigación es una certeza reciente que ni siquiera las ciencias de la salud comprenden ampliamente, en su preocupación por la comprensión del cuerpo de acuerdo con los cánones racionalistas y neoliberales de las ciencias tradicionales. Por tanto, resignificar al cuerpo como ente investigador que contiene el yo, que soy yo, un yo cultural, histórico y social en Latinoamérica propicia un agenciamiento en el conocimiento intuitivo agenciador de nuestro modelo cultural, que es otro espacio vigente y potenciador del saber latinoamericano, destruyendo el paradigma ilustrado del que todavía no hemos podido despojarnos.

    El otro aspecto importante para tener en cuenta, de acuerdo con el artículo de Nina, es la importancia del afecto como constructor social, en tanto afianza los lazos comunitarios y sociales. Ese afecto es desplegador de potencia porque los afectos vinculan de manera fuerte a las personas, que por este motivo sienten la necesidad de buscar el bienestar e incluso la felicidad colectiva a través de acciones que promueven la identidad cultural, las acciones participativas para propiciar un desarrollo no en términos neoliberales, sino en lo que localmente puede concebirse como desarrollo y como bienestar. Un discurso que las ciencias de la salud deberían tener en cuenta para impulsar la transformación social en términos locales, dejando de lado el discurso de la salud y la enfermedad para comenzar a pensar en la vida misma como objeto de cuidado, y a evaluar el bienestar en términos locales del significado del cuerpo, del afecto y del ser.

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  8. En el texto “conoSer en la universidad” la autora parte de la idea de reconocer la importancia del cuerpo, los sentidos y específicamente los afectos en el acto de conocer, cuestiona el rol privilegiado que le ha asignado la universidad a la razón como única fuente de conocimiento, señala la necesidad de superar los modelos transmisionistas que se empelan en el quehacer de la universidad y cuyo fin es la reproducción de profesionales “competentes” y “útiles” al sistema capitalista actual. Frente a este panorama, la autora, narra el proyecto de reforma curricular, que se desarrollo con los estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Central, un proyecto que buscaba reflexionar sobre el papel del cuerpo dentro del conocimiento, siendo los sentidos catalizadores del pensar en, como y para la sociedad.
    Las instituciones educativas (colegios, universidades, institutos, etc) han privilegiado durante décadas el lugar de la razón, la razón occidental, que se configura como aquello exacto e inteligible, aquello que puede ser medido, estudiado y que no se sale de unas márgenes compactas y cerradas, este modelo, propio de la modernidad, ha establecido la manera como se deben desarrollar las prácticas sociales y por ende institucionales, la universidad debe entonces, dentro de esta lógica, seguir ciertos patrones para validar lo que es o no conocimiento, esta forma de entender la razón como única verdad y de deslegitimar lo que no pasa por ésta, es algo cuestionante en países como los Latinoamericanos, países donde fluctúan multiplicad de culturas y saberes que no necesariamente pasan por la razón y que no por ello no son validos.
    En su texto, Así habló Zarathustra, Nietszche, Cuestiona ese papel privilegiado que se le ha dado a la razón, diciendo: “el cuerpo es una gran razón, una enorme multiplicidad dotada de un sentido propio, guerra y paz, rebaño y pastor. Tu pusilánime razón, hermano mío, es también un instrumento de tu cuerpo, y a eso llamas espíritu: un instrumentito, un juguetillo a disposición de tu gran razón”, ¿cómo validar entonces la razón sobre el cuerpo, si ésta es solo producto del cuerpo?, ¿cómo desconocer el cuerpo, los sentido en el acto mismo de conocer?, considero que no se trata de privilegiar la razón sobre el cuerpo, ni viceversa, se trata de no pensarnos en unidad, sino en multiplicidad, es evidente que no conocemos tan solo por la razón pero igualmente no solo conocemos por el cuerpo. En nuestra primera infancia, cuando no asistíamos a ninguna institución educativa, conocíamos por medio del cuerpo, el tacto, el gusto, el olfato, la vista, nos permitieron distinguir que nos generaba satisfacción y que repulsión de ese mundo que estábamos descubriendo, la capacidad de asombro nos permitió conocer nuestro entorno y conocernos dentro de ese entorno, en esa interacción con el mundo aprendimos en casa, quizás, las primeras letras y algunos números y muchas veces estos no fueron aprendidos con un método especifico o siguiendo algún patrón; al ingresar a la institución educativa empezaron a desarrollarse, normas y criterios que poco a poco fueron eliminando esa capacidad de asombro frente al mundo y empezamos a desarrollar lo que Freud llamaría un “superyó” que entra en pugna con lo que se desea y con lo que en mi entorno me dicen es o no correcto, en la razón se hallaría el conocimiento real y verdadero, lo demás, como el cuerpo, serian mitificados, despreciados e incluso eliminados.

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  9. Latinoamérica es un conteniente que desde su raíz más primitiva privilegio el cuerpo, erigió el cuerpo en comunicación con la naturaleza circundante, para los españoles fue complejo llegar a un lugar donde el cuerpo no era escondido, satanizado o maldito, sino que era expuesto, vivido, un cuerpo que expresaba, que hablaba por sí mismo, nosotros somos la comunión de esos mundos contradictorios, el europeo y el indigenista, hemos intentando mantener un estatuto de la razón, nuestras instituciones privilegian la razón, nuestros discursos y practicas legitiman la razón, pero existen fuerzas dentro de nosotros que consciente o inconscientemente no nos permiten desechar al cuerpo, al cuerpo como eso que somos, ese cuerpo que suscita cosas, que me empuja o me hace obviar otras.
    Considero que en la búsqueda por resignificar el cuerpo dentro de instituciones como la universidad, es fundamental pensar la educación como tal, pensar pues los procesos educativos y específicamente los que se dan dentro de la universidad, pensar que conocimiento propiciamos, que discursos difundimos y la contribución de estos para pensar lo social dentro la compleja realidad colombiana. Retomo las palabras de Foucault, quien en su clase del 7 de enero de 1976, descrita en su texto “defender la sociedad”, dice: “me parece que la actividad de enseñanza, en última instancia, no tendría sentido si no se le diera, si no se le atribuyera, en todo caso, esta significación (hacer investigación)”, la actividad de la enseñanza, implica investigar, e investigar es como dirían en la película “Million Dollar Baby”, de Clint Eastwood, “la magia de librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza a ver excepto tú”, que se une en parte a lo expuesto en el teorema de Fermant, investigar exige todo del investigador, exige, su razón, pero también sus sentidos y sus afectos, investigar exige dar todo por algo que quizá nadie alcanza a ver excepto uno mismo, en el teorema de Fermant, lo que mueve a Andrew Wiles a hallar la solución al teorema es un interés que surge a sus 10 años y con el paso del tiempo se intensifico al punto de volverse, por decirlo de alguna forma, en una obsesión, obsesión que sobra decir va mas allá de la razón, pasa por los sentidos, por la fuerza, la necesidad o el interés de descubrir algo de lo cual no se tiene la menor seguridad de hallar. Los textos cuestionan hasta que punto yo como investigador logro romper mis propios paradigmas para ver mas allá de lo visible, de lo racionalmente visible, para palpar, oler, y sentir el mundo y su fuerza significativa, hasta que punto resignifico desde mis practicas el papel del cuerpo como generador de conocimiento, hasta que punto lo valido, lo tomo en cuenta, lo visibilizo en el desarrollo mismo de la investigación, hasta que punto me doy a mi mismo en la investigación y hasta qué punto se hace visible mi compromiso con lo que investigo y con la sociedad de la cual hago parte.

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  10. Estos son textos sugestivos que permiten cuestionarse hasta que punto el discurso del conocimiento más allá de la razón que puedo o no promulgar pasa realmente por mí, por mi vida y mis actos como tal, el papel de los sentidos, de los afectos, en ultimas, de las pasiones que me conducen a conocer de otras formas y que me llevan a descubrir el mundo, es lo que estos textos buscan retomar y considero, son una apuesta valiosa por resignificar el conocimiento y las formas como llegamos a él, al igual que una invitación por pensarnos dentro de una practicas investigativas que en muchos casos no logran trascender del papel y que son fundamentales en la comprensión de lo social y más en el continente latinoamericano.

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  13. Perdón,¿ cual es el texto que están discutiendo? solo referencian a Nina cabra y el problema del cuerpo, pero no especifican sobre que texto o textos se generan sus discusiones.

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