viernes, 10 de febrero de 2012

Sesión 2. Metodología III

Formas "inconvenientes de pensar"


Esta semana ponemos en distancia crítica los mecanismos convencionales que de forma intersubjetiva definimos como procedimientos o métodos legítimos para abordar los fenómenos. Existe como sabemos, una tradición y una "verdad" científica en la forma que disciplinamos los saberes y las prácticas de investigación, no obstante, parece que la realidad cada vez se nos antoja más nóumenica y las categorías del entendimiento más que dejar claridades se agotan en el mar de la aceptación por parte de quienes dictan veredictos sobre la objetividad y la verificabilidad. En marco del laboratorio, la experiencia plástica de Brieva nos ofrece pistas para estudiar la vindicación entre la fuerza política de la caricatura y la militancia para destacar un - otro- método de investigación social y análisis de lo contemporáneo, un ejemplo más de la "imagen que viene".  Las preguntas en este sentido, giran en torno a describir: ¿Qué tipo de obstáculos en clave de poder/saber impiden la legitimación de nuevos métodos? ¿Cuando o de que forma las imágenes contribuyen a la definición de arquitecturas de pensamiento? ¿Que ventajas o desventajas tendría una hermenéutica situacional como precursora de nuevos métodos para la Investigación Social Contemporánea?

19 comentarios:

  1. Maestría en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos
    Helena Alexandra sutachan
    14-02-2012

    “La realidad no existe si no hay imaginación para verla”
    Paul Auster

    Hace unos días encontré una página en Internet que anunciaba mostrar “las patentes más absurdas de la historia”, promesa que considero exagerada, teniendo en cuenta que la más antigua mencionada en el artículo data de 1976, y puedo imaginar que antes de esa fecha hubo otras tantas “innovaciones” patentadas que merecieron el honor de entrar en esa lista. Las propuestas recogidas resultaron tan inverosímiles como regar el desierto del Sahara con agua del Amazonas, transportada a través de tuberías interoceánicas, o la confección de unas cortinas gigantes para sofocar incendios en grandes edificios. Traigo a colación este dato curioso ya que, a pesar de lo absurdo de estos inventos, muestran la capacidad del pensamiento humano para construir nuevas relaciones entre los objetos y proponer nuevas formas de ordenar la realidad.
    En general, al interior de cada uno de los campos del saber, desde la química hasta las artes, el acto de revelarse contra el establecimiento y proponer formas alternativas de pensamiento ha sido considerado como un acto transgresor, arriesgado, y en ocasiones suicida; una decisión que solo los genios, los valientes, o quienes no temen al ridículo, han sido capaces de tomar. Evidentemente, dentro de la investigación en ciencias sociales la historia no ha sido otra, más teniendo en cuenta el legado que las ciencias exactas y sus métodos han dejado en las formas de hacer y pensar la investigación social.
    Sin embargo, justamente el reto para la nueva generación de investigadores está en arriesgarse a pensar de otras formas los problemas ya pensados desde puntos de vista tradicionales, e incluso hacer evidente la emergencia de problemas nuevos, surgidos de las realidades cambiantes que nos habitan. No obstante, el reto no radica solamente en subvertir las relaciones de poder al interior de las instituciones que legitiman el conocimiento, también está en poder preguntarnos “¿de qué somos capaces en y con el pensamiento?” e intentar buscar cada día una respuesta.
    Es posible que sea esta inquietud frente a las posibilidades del pensamiento lo que está detrás de la propuesta creativa de Miguel Brieva, quien no teme abordar realidades complejas a través de dos poderosos mecanismos: la imagen y la risa; es posible también que sea el deseo de “desequilibrar” y “hacer emerger la novedad” lo que mueve la investigación de Giovanni Rodríguez, quien muestra que es necesario tomar riesgos para proponer formas alternativas de producir conocimiento en las ciencias sociales.
    No se trata de “patentar” propuestas absurdas, sino de encontrar un lugar en la “línea que separa la intuición creadora de la locura insensata” y desde ahí descubrir que es posible mirar de otras formas lo ya visto y, que en el fondo, lo fundamental es tener algo que decir y valor para decirlo.
    En el caso especifico de Brieva y Rodríguez resulta crucial la coincidencia en el interés por la imagen como posibilidad para movilizar el pensamiento, para poner en cuestión los ideales de la modernidad, y para “hacer ver” nuevos caminos de creación y construcción de conocimiento. Y tal vez aquí, en el asunto de la imagen, haya pistas para encontrar nuevas formas de hacer investigación en ciencias sociales, más allá de los usos tradicionales que desde distintas disciplinas han hecho de ella.
    En conclusión, para hacer investigación en la sociedad contemporánea sería necesario poder tomar riesgos y tener el valor para experimentar, salir de los caminos ya trazados y recorrer nuevas rutas; esperando que el resultado sea, al final, afortunado, aunque es posible que más de un experimento termine alimentando la lista de “patentes absurdas”.

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  2. Ja ja ja (Risa): (def.)Onomatopeya bucal. Cifrado digital de una sensación "alegre", cuando no se cuenta con webcam.

    Bien interesante el asunto de las "patentes absurdas" de pronto en ese ejercicio de asegurar la propiedad de la idea o la vanguardia del tema o del concepto, o incluso del tratamiento que se le dé al fenómeno puede como bien lo dices suceder algo aún más extraño...o el investigador se adapta a lo que el sistema le pide (menos absurdos inquietantes) o por el contrario, sigue entusiasmado con su voluntad creadora, puede que, por equivocación encuentre la revelación y en tal caso, su vida intelectual por definición, se realice en la sombra, en lo marginal. Tal como funciona el sistema, diría que las dinámicas y prácticas investigativas de punta, solo son viables por fuera de la academia y por fuera del mundo en sí mismo. Quien sabe, tal vez llenar el Sahara con agua del Amazonas no termine siendo solo una idea descabellada...en ambos casos hemos utilizado menos imaginación para llenar los dos lugares de sangre...que increíble, muy sugerente tu idea de las patentes...da para un buen debate.

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  3. Maestría en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos
    Seminario Taller de Investigación
    Leidy González

    A la luz de la Teoría Administrativa un proceso se configura como rector para los/as profesionales en administración de empresas. El proceso tiende a organizar el pensamiento administrativo. Los primeros cinco semestres se dedican a exponer paso a paso las etapas del proceso a fin de que el alumno interiorice y mecanice el proceso. Los siguientes semestres el alumno ha de demostrar su experticia en el dominio del proceso. Bajo ésta lógica una empresa se administra correctamente siempre que se rija por este diagrama del orden (en términos de Deleuze):
    1. Planear.
    2. Organizar.
    3. Dirigir.
    4. Controlar.
    Mi inconformidad con el diagrama ya era latente finalizando la carrera, luego de la obtención del título (previa demostración de mi experticia en el dominio del proceso), logré ubicar en prácticas concretas lo absurdo del proceso. En esa medida, la propuesta de Tarde por las hipótesis absurdas exhorta a plantear líneas que perturben los absurdos pensamientos ordenados y ordenadores.
    Señalo, en principio, que el futuro del proceso administrativo puesto en un escenario dinámico y fluido como el actual, en el que la empresa misma fluye y se propaga por los intersticios, es un tris desolador, pobre y obsoleto. Al igual que el Profesor Giovanni, consiente de la incomodidad que puede causar a los defensores de los estatutos epistémicos, el proceso administrativo urge de hipótesis absurdas.
    Una de las premisas del proyecto de investigación apunta a señalar que la noción de empresa se agencia desde el interior del sujeto. No significa esto que no ocupe lugares determinados, sino que el Régimen Empresarial (en términos de Deleuze) da cuenta de una motivación en los individuos que les permite hacerse empresa. En este sentido el sujeto empresario no puede pasar sucesivamente del paso 1 al paso 2. El sujeto empresario intenta componer armonías útiles a partir de contingencias, estrategias, movimientos, fluctuaciones…
    Antes que plantear una propuesta alternativa, intento alejarme de la concepción eterna de la empresa como un ente compuesto por personas para el logro de objetivos generalmente económicos, y situarme en favor de una lectura de la empresa como una noción que se propaga a sujetos y espacios que modula ciertos comportamientos y actitudes. Que naturaliza la rentabilidad en el amor, la familia, la fe, al tiempo que permea lo más mínimo, lo más molecular. Cómo ubicar en esta escena el bendito proceso administrativo.
    ¿Qué dirían mis profesores de pre-grado ante semejantes absurdeces?

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  4. Muy bello lo de la composición de melodías... no de un músico solamente, sino sobre todo de un empresario. Creo que tus profesores no van a estar muy contentos con la "pérdida de tiempo" en la que estás ;) Pero para míi, las inquietudes e hipótesis que planteas, más que absurdas provocan e inspiran. Yo también estoy en la misma tónica pensando en cómo plantear procesos distintos, sinuosos y en movimiento, respondiendo mejor a las preguntas y necesidades propias y de los demás. Procesos novedosos en los que no se sacrifique la eficacia -de cara al saber hegemónico-, no porque ese sea el camino de realidad, sino para que no se desligitme de entrada nuestras "absurdeces" ¿Cómo hacerse a un lugar de enunciación en el que si quiera puedan escucharse nuestras experimentaciones y creaciones alternativas? En el camino, vale la pena seguir pensando y diseñando dichas alternativas que más que reaccionarias nos convoquen a la acción y a la configuración de nuevos mundos posibles.

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  5. LO ILÓGICO DE LO LÓGICO
    Uno de los procedimientos típicos del ejercicio profesional del trabajo social –y de otras “disciplinas” sociales o ingenieriles- y que, a mi juicio, reproduce y cristaliza los discursos unicausales, la voluntad de control, la fe en la medida / verificación y el afán por la eficacia en procesos de transformación social es la planeación, ejecución y monitoreo siguiendo el marco lógico. Este método es un requisito sine qua non para todo proyecto social que se crea serio, objetivo, eficiente y eficaz. El marco lógico supone una coherencia entre cada apartado. Seguirlo al pie de la letra, durante todo el ciclo de proyectos, es -según lo que se nos enseña y enseñamos- un recurso único para alcanzar metas reales, para lograr cambios significativos con recursos y tiempo limitado y, en últimas, para superar la incertidumbre propia de la acción social.
    No obstante, su lógica y su modus operandi me plantea sinsabores e incomodidades que me impiden aceptarlo como la única opción posible o al menos como la menos ineficaz: ¿Por qué partir de los problemas, ubicados en un árbol, y no de las potencias o habilidades? ¿Desde qué lógica se afirma que tal situación sea problemática, sea una causa o sea una consecuencia? Quiénes definen los diferentes aspectos del marco lógico ¿son conscientes de sus afectos, implicaciones, lógicas o aberraciones que, sin duda, quedan plasmados en el producto? ¿Qué tan verosímil es la idea de que la suma de actividades produce una meta, que unida a otras, logra el objetivo y, por lo tanto la transformación de una situación problemática? ¿Cómo plantear –o si quiera garabatear- indicadores medibles y verificables de cambios eminentemente singulares, subjetivos, e incluso, lejanos a la observación? ¿Cómo percibir los efectos colaterales, no planeados de una acción sin tener que descentrarse del punto cómodo de observación? ¿Cómo verse en escena, actuando, afectando y afectándose con lo que se está conociendo o “interviniendo”? ¿No es posible pensarse un proceso que, por muy local o corto en alcances, tiempo o recursos, no pierda el contexto, las iniquidades estructurales, la injusticia y en últimas, una postura política?
    Ante la explosión de este procedimiento –al menos ante mis ojos- me quedo con la idea de seguir pensando una metodología sinuosa, que tenga en cuenta la flexibilidad, la fluctualidad de los procesos sociales, de sus actores, relaciones y emociones. “Un” método que, sin perder el horizonte, pueda moverse al vaivén de los acontecimientos y las fuerzas. Una alternativa que tenga en cuenta el dónde y cómo estoy para maquetear, con otros arquitectos de realidad, nuevos espectros más cercanos a los sueños y a los anhelos. Una propuesta que implique vínculos rizomáticos, más humanos, más creativos con los otros que otrora eran llamados espantosamente como “beneficiarios”. Creo que vale la pena seguir pensando y delineando algo distinto… pero en ocasiones siento que mi mente y mi quehacer ha operado demasiado desde regímenes de legitimación y enunciación que los han cercenado un poco. ¿Cómo desmarcarse de la lógica de la eficiencia o del “uso racional de los recursos”? ¿Cómo hacerse a un espacio ligeramente audible de enunciación? ¿Cómo luchar contra las maquinarias de la financiación, la gestión o la comprobación de que sí se está ayudando “realmente”?

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    1. creo que esos métodos idealizados son útiles para repetir, para quien le interesa repetir, un ritornelo. Pensar otra metodología no solo pasaría por el lugar común de "otra epistemologia", pues ahí, precisamente ahí seguimos en las mismas, en la ilusión del conocimiento como un espejo, en el sujeto cognoscente,ahí seguimos en aquello que se pretende criticar, no nos hemos hecho otro mundo..

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    2. Considero , al igual que tú Alejandra, que el problema de las ciencias sociales ha sido el aferrarse de forma casi enferma a patrones y discursos que no permiten observar , entender y comprender lo social desde sus propias dinámicas; los cuestionamientos que te haces al final creo que muchos los compartimos, la cuestión estaría en dar un paso siguiente a ello, a cuestionarnos y quedarnos en reflexiones aisladas, Zemelman, en una conferencia hablaba de ello y considero, según sus palabras, que su invitación estaría en discutir este tipo de cuestionamientos que tú te has hecho, desmontándonos de las barreras mismas que establecen las disciplinas sociales y que no permiten movilizar los discursos, los saberes, sin embargo constantemente me cuestiono si en Latinoamérica será posible esto.

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  6. Oscar E, Guerrero

    El método y el tiempo.... por ahora


    Teniendo en cuenta que un método implica momentos, maneras de acceder, quizá caminos podríamos intentar tipificar, es decir reducir, simplificar, idealizar con fines prácticos, el método que utilizo en mis haceres profesionales, este se podría describir así: 1. Delimitar la situación que se presenta como problemática. 2. Definir los términos en que es un problema, cuáles son sus funciones, determinaciones, fundamentos y quizás consecuencias. 3. Comparar con el pasado para encontrar similitudes.4. Enunciar posibles soluciones. 5. Valorar las soluciones, con criterios casi siempre ya establecidos de antemano.6. Planear la solución.7. Revisar la lógica construida para formular y resolver. 8. Tratar de brindar argumentos a favor y en contra.10. Actuar y ya………
    Toda la descripción anterior, si bien tienen momentos de sistematicidad, los otros emergen autónomamente, pueden repetirse o pueden saltarse en ocasiones, pueden trucarse de lugar, pero también pueden surgir nuevas instancias. Por otro lado creo que el ejercicio profesional exige cierta racionalidad, por ende cierta violencia en la forma de proceder, impone métodos; no digo que sean horrores, solo que no son propios, están basados en criterios diferentes a la satisfacción imaginativa.
    En el otro extremo de la tabla podríamos proponer un método que no implicase tantos pasos, pero que no se fuese al extremo de la circularidad, de la absoluta espontaneidad, de la intuición de la mera contemplación, en definitiva, para mí, otro método empírico sigue asumiendo una racionalidad, pero la modera con la experimentación, quizás con la irreverencia.
    Lo primero es que el método debe obedecer principios, no puede ser completamente contingente, pues si lo es ya no implicaría un método sino un mero efecto, que no puede proseguir mas allá del acto. Lo siguiente es que no debe asumir entelequias inútiles, sosas o ingenuas, pues estas lo que hacen es producir razonamientos, acciones del pensamiento chispeantes, balbuceantes que no empujan el poder del pensar; el caso más patético de lo anterior es lo denominado como pensamiento complejo. Otro elemento de ese método es la virtualizacion de lo abordado, no me parece soportable asumir realistamente cualquier asunto, problema o fenómeno, un poco de ese algo que me lleva a abstraer a dejar descansar la realidad, es necesario, para esto es que se utiliza el equipaje teórico, para esto es que se bebe el licor del saber. Por último al método no le puede faltar la ficcionalización de sus consecuencias últimas, me parece que pensar en un problema cualquiera sin derivar consecuencias es como experimentar la finitud sin formular la pregunta idiota, pero necesaria, por lo infinito.
    Se formula el método como principios casi que tercos, ligados por el gusto, y no por razones, que sin embargo son posibles esgrimir con fiabilidad y plausividad, pero que no quiero hacer, pues no hacerlo implica una forma de proceder que está más a gusto con un querer que con un deber, como sucede en la primera parte del escrito. Es evidente que un método sin momentos, sin linealidad o sistematicidad no tiene esa identidad, pero la apuesta que se realiza aquí es por un proceder bajo otra racionalidad, no aquella con esa experiencia del tiempo tan horrible, aquella experiencia de lo lineal y lo consecutivo, habrá que probar alternativas, sin esperanza o fe, más bien escépticamente, claro apostando, pero como aquel al que no le importa perder.

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  7. Interesante el uso de la metáfora musical, pero resulta significativo que las categorías musicales escogidas tienen que ver todas con el ritmo, ¿será la velocidad o la duración (bergsoniana o no) lo único que cuenta?, creo que una pieza monótona que solo parte del ritmo como las de Ravel, pueden resultar atractivas, pero me placen también aquellas que incluiyen lña intensidad, dícese fortísimo, piano, moderato asai, etc. ¡ Claro!, este es uno de los muchos reproches que reclama el profe. Traducción: Si Brieva se pone muy intenso en la denuncia del estatu quo va a caer en el cliché y terminará consumido por la sociedad de consumo que busca personajes bajo el estereotipo del underground.

    Alfonso Rodríguez. Escribo el nombre porque más abajo me pide "comentar cómo" y este esquema me lleva a entrar en la arquitectura informática, que está por encima del profe y del suscrito.

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  8. Ahora que ya se volvió recurrente que el del anónimo soy yo, entonces les paso estas frases de Jacques Rancière a propósito de un debate sobre Foucault Racionalidades e Historias, que encontré en: Michel Foucault, filósofo, de editorial Gedisa,Barcelona. 1990 pag.338.
    Dice Rancière: "...La democracia no se funda. Sólo la dominación se funda. La democracia es justamente el régimen que funciona por ausencia de fundamento...tanto para Plantón como para Aristóteles, la democracia es lo que se da cuando la política no marcha. La libertad y los derechos del hombre se declaran y vuelven a declararse, pero no se fundan."

    ¡Y ahora vaya usted a saber que es lo que ciertos personajes (políticos, paramilitares, excomisionados de paz, etc. querrán decir con eso de "refundar la democracia". Ahí dejo la palabra. (El "hay" del comentario anterior, era una muestra de dolor al saber la hora).
    ARG

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  9. Diana Carolina Baratto Aldana15 de febrero de 2012, 22:31

    Las Paradojas del “Cuidado de Enfermería”

    El denominado “proceso de enfermería” es un esquema extenso de factores que determinan las condiciones de un paciente, sobre el que se realiza un análisis acerca de “lo que es más conveniente, más saludable” para la persona, un grupo familiar o una comunidad, y a partir de allí diseñar lo que se denomina “plan de cuidado”. El cuidado desde la perspectiva de la enfermería es el fin, la esencia, el motivo por el que existe la profesión, por lo que el resultado único de cualquier acción de enfermería debe ser el cuidado. El plan de cuidado entonces es aplicable para la enfermería en cualquier área, como hospitalización, consulta externa, trabajo con comunidades, salud ocupacional, etc. La enfermería ha buscado desde este discurso incluirse en espacios nuevos a partir de este discurso, motivo por el que es posible ver enfermeros en áreas donde antes no se creían necesarios o útiles, siempre con sus zapatos blancos y sus uniformes cargados de un complejo discurso visual.

    Al extenso y difícil proceso de enfermería se oponen las prácticas de cuidado de los grupos sociales. Las familias, las comunidades, han aprendido a elaborar su propio plan de cuidado a partir de lo que escuchan, de lo que hacen, de lo que aprenden. Lejos de la obsesiva higiene del hospital o centro de salud, de los “hábitos saludables” o de las “prácticas de autocuidado” formuladas por médicos y enfermeros, los cuidadores aprenden remedios caseros, actividades de prevención contra “los fríos o las fiebres internas”, el mal de ojo y otros males que no son descritos ni estudiados por la medicina occidental, por carecer de sentido o incluso por temor al ridículo científico.

    Las familias y comunidades sin embargo “echan mano” de todo lo que aprenden, y comparten sus propias opiniones y experiencias acerca de lo que constituye el cuidado desde sus experiencias. Por ese motivo llevan a sus hijos a consulta de crecimiento y desarrollo con el “azabache” puesto (para evitar el mal de ojo), la camisita de bayetilla, con el temor de recibir reproches del enfermero pero con la tranquilidad de proteger a su hijo “doble”, porque además la curva de crecimiento y desarrollo le muestra si está cuidando bien a su hijo, “si el peso y la talla son normales”, y de paso trata de persuadir al experto por si es posible que le formulen vitaminas, un purgante, o “algo que le abra el apetito al niño porque a veces no quiere comer”. Y luego de la consulta regresan a su casa para decidir cuáles consejos seguir desde el punto de vista del profesional de salud, y cuáles desde el punto de vista de la mamá, la vecina, el sobandero, entre otros.
    (continúa)...

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  10. Diana Carolina Baratto Aldana15 de febrero de 2012, 22:32

    Estas son las tensiones que se hacen visibles en el quehacer cotidiano, tensiones que no revisten mayor importancia desde el punto de vista del consultante, pero que en el profesional de salud causa un impacto negativo y que asocia con la ignorancia, la desigualdad social o incluso una “cultura del descuido”. El profesional de salud pasa años aprendiendo de memoria las normas que definen los procedimientos que deben realizarse con precisión, que tienen un sustento teórico y está avalado por la norma, y luego ejerce totalmente convencido de lo aprendido; por lo que le cuesta comprender otro tipo de prácticas que no tienen sustento teórico o que por algún motivo acaba siendo objeto de una posterior visita al servicio de urgencias. Para el experto es imposible comprender los efectos positivos de un azabache aunque sus pacientes se lo expliquen con detalle, y su reacción es la risa o el regaño. El régimen de verdad del profesional de salud, y en especial de la enfermería, sin embargo evidencia vicios en la norma: se discute si un tratamiento es válido o no, si los valores de peso y talla de los niños sí son adecuados o no, si es conveniente la planificación familiar en casos con riesgo o si él y en fin… El sustento teórico de la enfermería y en general de las ciencias de la salud tiene sus vacíos y la norma se ha creado, al menos en nuestro país, bajo el estatus de la salud como derecho económico aún sospechando de dichos vacíos, con las evidentes consecuencias relacionadas con la tramitología, la “autorización” de tratamientos o cuidado vital, pero sobre todo a una “filosofía del terror” en la que se asusta y se culpa al paciente por no asistir a las consultas, no seguir las indicaciones, no planificar, no tomarse exámenes, no cuidarse ni cuidar al otro, practicar ritos curativos o de protección, etc. Todo esto en el marco del profesional: será que teme a cuestionarse? cuestionar su profesión? la profundidad y rigurosidad de su experiencia? temor a cuestionar la norma? o es temor a hacer el ridículo?

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    1. Al igual que las cápsulas que recetan: herméticamente cerradas e infranqueables… así las profesiones no pueden evitar los métodos, los procesos, los principios. Puede ser una bata, unos zapatos blancos. Puede ser una corbata, un portafolio… en fin, el traje implica poder, debilidad, saber, discurso… Pero también (con el Comité invisible) puede decirse que “Ser visible, es estar al descubierto, es decir, siempre vulnerable”.
      Quizá la desnudez sea un punto de fuga… quizá en la intimidad de la noche, en la fatiga propia del fin de la jornada, desprovistos de antifaces y posturas… haya posibilidad de fortalecerse en la incertidumbre.

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    2. como diria Alfonso... el anónimo soy yo (osea Leidy González)

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    3. Diana, este texto y el de la siguiente sesión son cuerpo de trabajo para un ejercicio de relato autobiográfico.

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  11. Un método incierto
    Por: Caterine Pardo Mojica.

    “Falta pasión, ese es el secreto de este gran globo democrático en que nos hemos convertido. Durante varios lustros hemos sido serenos, objetivos, pero la objetividad es inofensiva, no sirve para cambiar el mundo, ni siquiera para cambiar un país de bolsillo como éste. Hace falta pasión, y pasión gritada, o pensada a los gritos, o escrita a los gritos. Hay que gritarle en el oído a la gente, ya que su aparente sordera es una especie de autodefensa, de cobarde y malsana autodefensa. Hay que lograr que se despierte en los demás la vergüenza de sí mismos, que se sustituya en ellos la autodefensa por el autoasco.”
    Mario Benedetti.

    Un método determinaría un “cómo”, unos pasos, una forma de realizar un algo “correctamente”, para no equivocarnos, sin embargo lo correcto es tan relativo, tan relativo como la vida. Para ser docente se te “adoctrina” en multiplicidad de métodos, métodos que en últimas son inservibles y lo son más allá de la defensa que de ellos hacen sus gestores, precursores, o seguidores, lo son porque presentan fisuras, porque se erigen en mundos ficticios, falsos, porque se caen ante la turbulencia de la vida misma. Los métodos en los cuales se “adoctrina” a los docentes para ser “buenos docentes”, reproducen practicas competitivas, faltas de sentido, segregacionistas, en últimas: crueles; y así, a diario llegan nuevos docentes a colegios, instituciones, fundaciones e incluso universidades con un vademécum de métodos retrógrados y disfuncionales, con test que les permiten hacer diagnósticos y que demarcan la distancia entre el estudiante y el docente. Nunca comprendí cómo un test determina la inteligencia y a su vez demarca el “futuro” del niño o joven, no comprendí tampoco como un diagnostico de problemas de aprendizaje ostentaba la verdad del “problema” en un salón de clase, ni cómo etiquetar y segregar a un niño o joven podría contribuir a un ambiente “propicio” para el aprendizaje.
    En medio de esa crueldad contante en el mundo y en cada acción humana, y que evidentemente se reproduce en los espacios de aprendizaje, me he preguntado constantemente si esos métodos “asertivos” contribuyen en algo a la construcción de una sociedad, si lo docentes nos formamos para continuar criticando en abstracto y reproduciendo estos esquemas en la práctica o si quizás desde allí se puede problematizar el concepto mismo de la educación y la crueldad de sus prácticas para pensar en nuevas formas de darse la educación. En medio de ese propósito he querido crear un “método” personal desde lo incierto, un método que me permita pensar nuevas formas de darse la educación y que contribuyan a una construcción de una nueva sociedad, es un anhelo, quizás una utopía absurda, un tanto romántica cuyo único motor es mi pasión por la educación, motor que han ido alimentando mis maestros, mis estudiantes, mi gente. He querido pensar la educación desde la ya tan conocida y nombrada educación en ciudadanía y he querido pensarla como un espacio desde el cual pudiese atarse la vida al aprendizaje y desde donde puede gestarse una resistencia a un mundo mercantilista que cada vez nos cosifica más. Sin embargo ha sido un camino incierto y complejo ya que de solo nombrarlo a muchas personas les genera algo de tedio y rechazo, situación que más allá de ser frustrante me ha conducido pensar nuevos modos de establecer relaciones entre los discursos y las practicas que se establecen frente al sujeto y la ciudadanía.
    ...sigue...

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  12. En este intento de establecer una relación que logré trascender las formalidades y establezca vínculos desde los cuales el sujeto pueda “pensarse” en relación con los otros, el arte plasmado en la literatura se ha venido convirtiendo, en mi vida profesional, en un elemento primordial en la construcción de procesos que generen vínculos sensibles, cálidos, móviles, con discursos rígidos como el de la ciudadanía, mismo que muchas veces se considera ajeno y frio y que pocas veces logra hacer mella en los sujetos, es por esto que la invitación a leer este discurso desde otros lugares y lenguajes es fundamental para mi dentro de mi método incierto, puesto que establece una nueva relación entre los sujetos y un discurso que si bien no es desconocido del todo aún no logra dejar huellas en las personas.
    De esta forma, el lenguaje literario se ha establecido para mi en una posibilidad de pasar de lo abstracto, de lo teórico, a lo concreto, a la realidad, es por esto que mi método de trabajo se rodena y reordena constantemente, implica diálogos, para lograr dar un paso de lo abstracto a lo concreto utilizando el arte y el lenguaje como herramienta fundamental en la construcción del sujeto ciudadano, una construcción que siempre implicará repensar los discursos dados, las poblaciones, los procesos y los imaginarios que uno mismo posee dentro de ellos.
    Me cuestiono constantemente si un proceso de formación ciudadana tendría realmente unos alcances “transformadores”, si esto realmente es importante o no y para quien es importante, realmente no lo sé, pero para mi si lo es y es por esto que creo que vale la pena apostar por algo en medio de la nada, cada intento es una apuesta por pensar de otra forma, por moverse de un canon o un algo establecido, el simple hecho de decir “no” cambia muchas cosas, Julio Cortázar lo advertiría en esta frase de rayuela: ”Detrás de toda acción hay una protesta, porque todo hacer significa salir de para llegar a, o mover algo para que esté aquí y no allá, … , es decir que en todo acto está la admisión de una carencia, de algo no hecho todavía y que es posible hacer, la protesta tácita frente a la continua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad del presente”, resignarnos, sentir que ya todo está hecho, que nada falta allí, seguir patrones, aceptar, es limitar el mundo a una óptica de abandono, de olvido que va en contra de la fuerza misma de la vida, condenaríamos no solo nuestros sueños, deseos y luchas, sino condenaríamos a los otros al olvido, al dolor, al silencio. Vale la pena cambiar, movernos, equivocarnos, repetir, un proceso investigativo no puede establecerse desde los lugares de lo estático y la perfección, el simple hecho de cuestionar cambia todo y direcciona los procesos de acuerdo a los interlocutores y sus modos de representarse en el mundo. Es valioso pensar que la utopía puede ser real, pensar que los cambios pueden darse desde distintos lugares, con la palabra: escrita, narrada, etc, con la imagen: la pintura, el comic, etc, desde lo que somos, desde lo que nos es fundante, así toque entrar en guerra con nosotros mismos, creo que hay que evolucionar nuestras “artes”, extralimitarnos, establecer nuestros métodos y por qué no equivocarnos.

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  13. Caterine, justamente creo que en el "equivocarnos" que pones al final de tu escrito está la clave para mantenernos constantes en la búsqueda de nuevos caminos hacia la "utopía" que mencionas. Cuando somos capaces de tomar un riesgo, equivocarnos, reconocer el error, incluso reírnos de el, y continuar, ya estamos poniendo en cuestión muchas de la prácticas que han sido tradicionales ,tanto en la investigación como en la cotidianidad de la vida. Creo que en la posibilidad del error, del no avergonzarnos ante el, hay un gran potencia transformadora.
    Me gusta mucho tu texto, estoy segura de que si muchos educadores lograran cuestionarse tanto acerca de su ejercicio profesional y se tomaran tan en serio su labor como tu, habría evidentes cambios en las instituciones educativas y en sus modos de pensar en la formación de sus estudiantes.

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    1. Sí estoy de acuerdo contigo Helena, falta establecer los vasos comunicantes o los motores que multipliquen esa preocupación de Caterine como educadora pues no es muy frecuente ene le medio.

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